El proceso de lustre comienza con un pulido íntegro, donde se eliminan las imperfecciones de la madera, se deja una superficie lisa y limpia para recibir el producto. Este proceso artesanal se realiza con lija a mano y en algunos lugares con la ayuda de pulidora industrial.

Si es necesario entonar la madera, aplicamos una tinta en aerosol con base solvente, mediante el sistema Airless.

Una vez seco, se aplica un Fondo Poliuretánico de alta dureza y capacidad de relleno, que sella la madera, protegiéndola de agentes nocivos. Este fondo de gran transparencia, está desarrollado para enchapados y maderas de poro cerrado.

Luego del secado del fondo, viene la etapa del pulido.

Nuevamente de forma artesanal, se procede a lijado con grano ultrafino, y se inspecciona la superficie en busca de imperfecciones. Este pulido debe hacerse en forma manual a fin de remover solo unas décimas del fondo, pero asegurando alcanzar toda la superficie, lo que garantiza una terminación perfectamente lisa.

Terminado el pulido se limpia la pieza, se aplica la tercera capa de material, ahora con una terminación Poliuretánica, que le otorga el brillo definitivo a la superficie.

Se debe dejar fraguar el material en un ambiente libre de polvo, y calefaccionado a unos 26ºC, para garantizar el trabajo. Las cabinas de lustre usadas generan las condiciones antes descriptas al presurizar el aire, filtrándolo, haciéndolo circular por radiadores de calor que elevan su temperatura y le quitan la humedad.